Si me dejas dibujos en la piel,
y los cien ojos de Argo los clasifican,
entonces será el día en que me pueda caer en el monte
del cuál huyo desde el día en qué metí la mano debajo de tu vestido.
Así, recuperaré las formas que inventaste alguna vez delante de mi cámara
y las dejaré secando al sol mientras un nuevo juego será perpetrado desde el alma.
Seremos ambrosia que no quiere ser digerida o libros con relieves e ilusiones ópticas.
Deja abierta las puertas.
Que entre con el viento otra espera impaciente en pleno pecho.
2 comentarios:
siempre un inmenso placer leer por acá,
realmente.
hay un equilibro muy lúcido entre los colores de toda tu poesía,
como tocando una guitarra con los dientes y después con las manos sin que alguien quede ofendido o se rayen los nervios de las encías, y qué bonito queda todo.
(aunque: "seremos ambrosia que no quiere ser digerida" me hizo algo de ruido...)
en fin,
que le vaya bien
o mal (mal puede ser un excelente disparador)
uy que lindo elogio, no sé si lo merecemos mis poemas y yo.
"seremos ambrosia que no quiere ser digerida" tambien me suena de algún lado, ¿Baudelaire puede ser? ¿Acaso se me infiltró el poeta francés?
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