IV

Esta es mi celda poeta,
este es el humo de vientre fuego, aplacado por los años
estos son mis zumos; te los presento
violeta por las tardes
cáncer escondido en el flanco de una nube estrella
mi dolor de madre que nunca tuvo un hijo amado

esa es mi poesía
hedor a escritura inorgánica descompuesta
un espejo diáfano sometido a la oscuridad

lo siento mucho poeta
esto que no te gusta me embellece audazmente
dime querida,
¿Y qué hay si tus poemas son bellos
y alegres y los míos son tristes
e incompletos?
¿y qué hay si tus poemas suenan a gorrión
cantando desde lo más alto de la torre Eiffel
y los míos, a señora mayor enferma pidiendo
sus remedios
en la farmacia?

nubes de barro sobre cada oración mustia
la languidez solitaria renace en cada verso
a esta parte he llegado, gente moribunda
Dioses de la cresta sedienta donde reposo

esos puertos mudos
hundiendo en la madrugada sus barcos

este yo es diferente, poeta
este yo es el pluridimensional
es el yo que grita en el mal de cada palabra

(tu yo hace muecas en el final del poema).

carta de amor

el mensaje llegó vacío ;
hueco gris invertido
y un lugar de origen llano

lejos de medir oscuridad
habló y cristalizó rosas
rosas de diamante
de sed en la montaña
triste granizo
en dibujantes de miedo
inmolados de no escribir palabras

llego vacío el mensaje
maniobra de soledades
alguien lo había hurtado para mi

¿cómo me entero?
¿de dónde lo saco?
alguien me lo sirve de plato limpio
¿cuándo lo abro?
trazo de fibra transparente
elegía que tardó en desaparecer

hoja en blanco
mente en blanco
muerte en blanco